En tiempos de Franco, se decía que el fútbol era el somnífero del pueblo. Ahora este festival, donde lo de menos son las canciones, es el somnífero de lo humano,de la dignidad y de la decencia. Y en un país, donde el voto popular va para el estado genocida de Israel, lo mejor que haría,es no volver.
Desde Chiquilicuatre jamás España mostró su desprecio más absoluto a este Festival de mierda, ese año me sentí muy orgulloso de mi país, de su sentido del humor y de su capacidad de reírse de todo. Aquel carácter efímero, aquel lindo y hermoso castillo de arena que se llevó la primera ola que llegó.
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