En un lado tengo la impresión de que por mucho que te curres tus mierdas no interesan a menos que tengas un conjunto de circunstancias que te permitan estar bien posicionado dentro de x elites intelectuales:
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Me refiero a mierdas tipo “logré contactar con HBO porque estuve en una fiesta en Nueva York con su CEO” o “he podido hacer mi novela gráfica gracias a que no necesito pagar alquiler” o “pasé mi infancia veraneando en Canadá”
Y siendo honesto, la mayoría de proyectos que salen de estas élites me parecen…bastante sosetes, mucha estética y poco contenido, como el traje del emperador
(a los premios de cómic de los últimos años me remito…que mucha palmadita en la espalda pero la mayoría no cuentan nada).
Y aquí entra como elefante en cacharrería la otra parte: ¿No es todo esto una pataleta? Igual me estoy perdiendo algo y no tengo el nivel intelectual suficiente como para comprenderlo. Igual no tengo el talento necesario para llegar ahí. Igual el mediocre soy yo.
Igual es que no me vendo bien pero ¿por qué debo entrar en el juego un poco posturetis de venderme? Puede que no tenga las habilidades necesarias para lograr comunicar de forma creativa y todo lo demás es una mentira que yo mismo me cuento.
Y ahí está la mandanga. El sentimiento de injusticia y a la vez la sensación de que agobiarme por esto está mal. Es una mierda muy frustrante. Y difícil de equilibrar. Casi prefiero hacer una trimestral que un par de días en este meollo. Casi.
No vengo a que me digan “ea ea, ya pasó” sino a decir que o muy raro soy o me juego los meñiques a que no soy el único al que le ocurre. Pues oye, que si te pasa, no estás sole amigue. Y aquí la conclusión a la que llegué, que ya está bien porque tremenda turra gruñona:
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(a los premios de cómic de los últimos años me remito…que mucha palmadita en la espalda pero la mayoría no cuentan nada).