—Se agarró de su brazo y echó a andar con él, hacía frío y era tarde pero la ciudad estaba tan activa como siempre. Nueva York nunca duerme, o eso dicen.—

La comida china es mi favorita, no puedo resistirme a unos fideos tres delicias.

—Volvió a sonreír, volviendo la vista hacia él, aunque +

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