—Soltó una risa que resultó amarga y negó con la cabeza, para sí.—

No puedes dejar de culparte ni un puto segundo, ¿eh?

—Lanzó un rápido vistazo a su alrededor y se lo llevó un poco más alejado de los viandantes, que por suerte tampoco había muchos. Se detuvo frente a una de esas lavanderías +

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