—Le puso la mano sobre la suya con cierto cariño y se permitió sonreír un poquito.—

Nada... No tienes que hacer nada, cariño.

—Dio un par de pasos más.—

Lo tengo que hacer yo, tengo que dejarte... entrar en mi vida.

—Bajó la cabeza hasta apoyarla con suavidad sobre el hombro ajeno. La idea +

Comments