(un Dacia Sandero que aún tenemos y que llenamos hasta arriba...). Fue a llevar las cosas a su pueblo y seguimos llenando el coche. Tamara se despertó... Y creía que me pillaría. Pero no. Hacía ya unas semanas que no me dirigía la palabra. Hice como que limpiaba la cocina a la espera de que se fuera

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