El paso siguiente, de poner los jueces a elección, es para que el Estado y el Partido los elija a su conveniencia, como también lo harán los traficantes y criminales.
La idea es que el Poder Judicial esté al servicio de alguien o algún interés, que no son ni la Constitución ni las leyes.
La idea es que el Poder Judicial esté al servicio de alguien o algún interés, que no son ni la Constitución ni las leyes.
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