Hoy la vida me ha sonreído poniendo en mi camino (hacia casa) a un cachorrín de galgo de 8meses, gris, con unos ojos llenos de curiosidad preciosos, amoroso y cariñoso a rabiar. Me ha dado besitos hasta en el dni y la vida parece menos fea. Ay, cómo echo de menos tener un compañero peludo...

Comments