Dicen que el sueño de la razón produce monstruos. Y es cierto, pero también prodigios.
Y en 1979 un puñado de inconscientes se olvidaron de lo razonable para crear algo increíble.
Aunque en ese momento, nadie lo entendió.
Hoy, en #LaHistorietaMusical, La leyenda del tiempo.
Y en 1979 un puñado de inconscientes se olvidaron de lo razonable para crear algo increíble.
Aunque en ese momento, nadie lo entendió.
Hoy, en #LaHistorietaMusical, La leyenda del tiempo.
Comments
Su décimo trabajo: el primero sin Paco de Lucía.
El tema que le daba título y abría el disco empezaba con un guitarreo furioso al son de las palmas.
Hasta ahí bien.
Entraba un teclado eléctrico, seguido de un bajo y una batería, con un ritmo de funky jazzero, aguda y repicante.
Y cuando la voz aparecía, cargada de ecos, flotaba con aquel ritmo.
¿Pero que es esto?, se preguntaron los primeros compradores.
Un solo de guitarra que parecía más rockero que flamenco, aunque fuera con española y dos solos de teclado muy psicodélicos completaban el cuadro.
El disparate.
https://youtu.be/MrUWtOtfwDw?si=D8vFvqugEhtsuX3Y
¿Que había hecho Camarón, que hasta se había quitado el De La Isla de su nombre artístico?
¿Porqué había pervertido la pureza del flamenco?
¿Como osaba? ¿Como se atrevía?
Pero es que ahora mira con quién anda.
Con los Amador y Kiko. Con músicos de jazz. Con un cubano.
Y todo orquestado por ESE Ricardo.
Y normal que no les cayera bien. Estaba mezclando el flamenco con otras músicas. Estaba produciendo a músicos que se llevaban los palos a pasear por el Mississippi.
Estaba pervirtiendo a buenos músicos.
Todo mal.