Pos arreglao, dejan de pagar a gente desviada y pueden lograr el tan necesario alivio de la carga fiscal de los pobres multimillonarios, que no hacen más que maltratarlos estos bolivarianos demócratas.
Otro que también se tiró 5 añitos en USA gracias a la beca Fullbright fue el miserable de Javier Solana y así nos salió. Una de cal y otra de arena, supongo.
Y lo bien que se lo pasó con sus compañeras de residencia. Se cuenta que Gloria no tenía casi ni papa de inglés, y sus compañeras la llevaban al cine para que se familiarizara con el idioma. Las risas eran cuando, al volver, Gloria les contaba la peli QUE HABÍA ENTENDIDO ELLA, y era todo loquísimo.
Esto me lo contó Mills Fox Edgerton (que en las descanse, pobrecito mío, se nos fue en la pandemia), que era profesor de lenguas romances y la conoció entonces en la universidad, dando comienzo a una amistad preciosa que duró décadas.
La beca Fulbright fue también la que llevó a Sylvia Plath a Cambridge, donde conoció a Ted Hughes, dando lugar a una de las historias literarias y amorosas más tormentosas del siglo XX. Y qué poemas nos han dejado, madre mía.
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