Nada demuestra con mayor nitidez el tremendo ridículo que hizo AMLO con el caso de Emilio Lozoya y sus delirantes acusaciones que la contratación de Jorge Luis Lavalle por parte de Layda Sansores.
Ni la más cursi y zalamera de sus apologetas se creyó el cuento.
Ni la más cursi y zalamera de sus apologetas se creyó el cuento.
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