Ahora que va a haber cónclave, igual es un buen momento para prenderle fuego al Vaticano. O poner una bomba. O liarse a tiros... las posibilidades son ilimitadas.
Esto podría ser interesante, porque si los cardenales le dejan jugar puede entenderse como una enmienda a las decisiones de Paco y una pista sobre que el nuevo Papa no irá de su cuerda...
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