Entre las prisas de un modo de vida que ha resultado absurdo y el caos de una ciudad enloquecida y masificada, 40 personas se reúnen para reivindicar la memoria de un nadie (con nombre y apellidos), celebrar su vida y organizarse.

Más allá de lo religioso, creo que tiene mucho de revolucionario.
La calle mata, la falta de acogida también.

En San Carlos Borromeo, Entrevías.

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