La solución es enviar ejemplares de prensa con las páginas ENVENENADAS y ofrecer el antídoto unos días mas tarde a cambio de una buena reseña y foto actualizada del libro como prueba de que lo mantienes en un altar.
No os vamos a engañar: nos jode un pelín encontrarnos en Wallapop los ejemplares de prensa que enviamos el mismo día que salen a la venta -o incluso antes- pero allá cada uno con su conciencia.

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