No sé si hay algo salvable en The Brutalist, que seguro que sí, pero hay tanto que detestar de su mensaje, su forma de expresarlo y el modo en el que parasita conceptos, que me parece ético detestarla.
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¿Empezamos por la propaganda sionista? ¿Por la masculinidad griega basada en el dominio entre hombres? ¿Por el TÍTULO que toma un orden arquitectónico del que NO SE HABLA?
¿A caso Oppenheimer abrio la puerta a las pelis de 3 horas y media de señores hablando fuerte con el cuello tenso y planos muy de cerca? Porque a mí ya no me cuelan otra de estas.
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