Yo tuve una vecina en Temuco que se llamaba Elda Toro y su marido era de apellido Corral. Ella se hacía llamar Elda Toro de Corral y lo decía con mucho orgullo. A mi me provocaba tanta ternura porque ya era viuda.
Mi mamá cuenta la historia (que tiene que ser inventada, pero ella rejura que es verdad) de una niña de apellido Labbé, cuya familia le prohibió casarse con su prometido de apellido Melo.
Comments
No faltaron los que la molestaban.
Yo encontré preciosa la combinación de apellidos.