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elpsicoanalista.bsky.social
Cerré mi consulta en X para traerla aquí. Todavía colocando mis libros y pasando el plumero.
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Si algo puede alegrar el domingo, es saber que Bluesky sigue en ascenso. Las cifras: 💙 32 millones de usuarios 🩵 1.1 billones de publicaciones 💙 5.5 billones de likes Cada día somos más los que elegimos un espacio libre, sin ruido ni manipulaciones.

No se trata solo de rechazar a la ultraderecha, sino de impedir que se normalice. Berlín, que ya vio el peor rostro del extremismo, salió hoy a las calles para demostrar que la historia no se repetirá. El miedo retrocede cuando la sociedad decide enfrentarlo.

“Siempre con las mismas mierdas”, Ayuso, sobre las 7.291 muertes. Sin guion, sin estrategia: puro desprecio sincero. Si esto es lo que dice en público, imaginad lo que piensa en privado. La impunidad hablándonos a la cara.

Ganar casi un millón al año, vender un ático por 2,5 millones y pagar solo 10.800 € por una agresión. A Rubiales le han puesto una multa menor de lo que gastaba en un fin de semana de lujo. Si el castigo no duele, el poder aprende que puede seguir abusando sin consecuencias.

Trump y Musk se toleran porque aún se necesitan, pero su relación es puro cálculo narcisista: cada uno ve al otro como un recurso, no como un igual. Cuando la utilidad se agote, el respeto desaparecerá y la traición será inevitable. La cuenta regresiva ya ha comenzado.

Milei, que dice amar el mercado, no entiende su regla básica: si te equivocas, pagas el precio. Pero él no asume nada. En su lógica, el mundo siempre conspira contra él. No es un error, es un patrón: el narcisista no se equivoca, solo es víctima de los demás. Hasta que lo dejan solo.

Ayuso baja impuestos mientras las universidades se quedan sin fondos. No es solo clasismo, es su modelo de sociedad: que el que nazca arriba no baje y el que nazca abajo ni siquiera mire hacia arriba. Un Madrid donde aprender es un lujo y la desigualdad, un plan de futuro.

La Generación Z está abandonando apps de citas como Tinder, buscando conexiones más auténticas y presenciales. La acumulación de interacciones rápidas no sustituye la profundidad de un vínculo real. No hay algoritmo que reemplace una mirada sincera.

¿Qué tienen en común Mazón y Rubiales? Ambos muestran una negación patológica, aferrándose a su versión de los hechos con tal fuerza que su obstinación roza lo irracional. Un mecanismo de defensa para evitar enfrentarse a la vergüenza de la verdad, pero se exponen al ridículo en el proceso.

Imponer aranceles “recíprocos”, creyendo que el mundo debe ajustarse a sus caprichos, es la manifestación más pura de un delirio de grandiosidad. Se ve como una figura divina que tiene el derecho de moldear la realidad económica sin importar el caos que cause. Es un trastorno, no una estrategia.

Al recordar su niñez, Bill Gates reconoce que hoy en día podría haber sido diagnosticado con autismo, dado su enfoque obsesivo en proyectos y la dificultad para relacionarse con los demás. Un recordatorio de que muchas diferencias no necesitan ser corregidas, sino comprendidas.

La mente se acostumbra rápido a lo bueno y empieza a darlo por hecho. Lo que ayer parecía un sueño hoy es lo normal, y lo que falta vuelve a ser el centro de atención. Sin entrenar la gratitud, la insatisfacción siempre encontrará una excusa para quedarse.

Estos son los principales rasgos de un psicópata: Encanto superficial, manipulación, egocentrismo, falta de empatía, disonancia, insensibilidad y ausencia de culpa. Es casi un molde. Lo preocupante no es que existan personas así, sino que la sociedad insista en darles poder una y otra vez.

El síndrome del impostor: sentir que no mereces tus logros, aunque tengas pruebas de lo contrario. Aitana Sánchez-Gijón habla de esta batalla interna, en la que la duda se instala como un huésped persistente. Hasta que un día entiendes que la inseguridad no define tu capacidad. No te subestimes.

Su rigidez no es firmeza, es miedo. Su mirada fija no es convicción, es obsesión por el control. Su lenguaje corporal no refleja seguridad, sino tensión constante. Su tono impositivo no es liderazgo, es la estrategia del que no sabe persuadir. En definitiva: frío, calculador y peligroso.

Ayer, más de 250.000 personas en Múnich recordaron al mundo que hay líneas que no deben cruzarse. Cuando el peligro crece, la conciencia colectiva responde. No es solo una protesta, es la barrera psíquica de una sociedad que se niega a normalizar lo intolerable. La humanidad, en su estado más noble.

La congresista Alexandria Ocasio-Cortez dijo que Elon Musk es uno de los multimillonarios con menor inteligencia que ha conocido. El dinero dará poder, pero no lucidez. Y cuando la riqueza infla el ego más que la mente, el resultado es arrogancia disfrazada de genialidad.

“Todo puede volver a ser como en los años 30 en Alemania”. Son las palabras de Albrecht Weinberg, superviviente de Auschwitz. La historia nos demuestra que el odio, una vez permitido, puede crecer rápidamente y arrastrar a la sociedad. La única forma de detenerlo es actuando juntos y con conciencia.

Una persona con un mínimo de conciencia no podría dormir sabiendo que su ambición ha costado miles de vidas. Esta desconexión emocional refleja un vacío profundo que solo puede mantenerse a través de la deshumanización. Al final, esa frialdad le desgastará, y su propia oscuridad le engullirá.

Este es el padre de Elon Musk, un hombre que lo menospreció, lo hirió y lo desafió desde niño. Quien sobrevive a un padre así, o rompe el ciclo o lo perpetúa. Hoy, en su viraje hacia la extrema derecha, deja claro qué decisión tomó.

Un hombre que se cree intocable no se delata solo con palabras, sino con su cuerpo: postura dominante y contacto invasivo. No actúa desde la emoción, sino desde la certeza de su autoridad. Su lenguaje corporal no muestra miedo, sino la arrogancia de quien no espera consecuencias. Pero llegaron.

La soledad no deseada afecta tanto a mayores como a jóvenes. La iniciativa “A-Porta”, en Vilanova i la Geltrú, recorre hogares para detectar y combatir este problema. Crean conexiones y refuerzan la comunidad, ayudando a combatir el aislamiento y con ello mejorando la calidad de vida.

Para este señor, el poder no es una herramienta, sino un fin en sí mismo. Haber alcanzado su actual cargo es la mayor validación de su vida y perderlo significaría el derrumbe de su identidad y estatus. Hará lo imposible por aferrarse, sin importar el coste. Nuestra presión, impondrá su obligación.

Stephen King no solo escribe historias de terror, también observa el mundo con una lucidez implacable. Su fuerte crítica a Trump en estos días refleja algo más que una opinión política: es la lectura de alguien que ha pasado su vida diseccionando la oscuridad humana.

Mientras otros justifican la agresión como libertad de expresión, Rose Wang de Bluesky, defiende el derecho a hablar sin miedo, a participar sin ser atacado y a no quedar excluido. En definitiva: a sentirse respetado. Necesitamos heroínas como ella para enfrentarnos al caos y a la desinformación.

Cuando un niño crece viendo la agresión y la dominación como recursos para obtener reconocimiento, internaliza que la empatía es debilidad. Este enfoque crea una desconexión interna que impide cualquier tipo de autocomprensión.

Detrás de un comportamiento antisocial hay una historia. Suele ser una respuesta al vacío afectivo, el intento de llenar un espacio donde debió haber comprensión, atención y amor. Entender esto permite abrir la puerta al cambio y a la reparación.

Simon Goronowski sobrevivió al Holocausto gracias al sacrificio de su madre, quien lo lanzó de un tren camino a Auschwitz. Hoy, en su vejez, no habla desde el odio, sino desde el perdón. Un recordatorio de que, aunque el dolor nunca se borra, podemos elegir no perpetuarlo.