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Los cambios no son en aspectos grandilocuentes, son pequeñitos y pueden ser, en apariencia, irrisorios. Pero estos cambios insignificantes van transformando 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑛𝑒𝑠 𝑠𝑜𝑚𝑜𝑠, porque 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑛𝑒𝑠 (nos decimos que) 𝑠𝑜𝑚𝑜𝑠 no es sino lo que ℎ𝑎𝑐𝑒𝑚𝑜𝑠.
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Claro que una apariencia no normativa puede ser atractiva, ya lo dijimos en @radicalpsicol.bsky.social !
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¿Cuáles son las vuestras?
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Otras recomendaciones de manuales de interés:
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Y para profundizar en aspectos que muchas veces resultan obviados porque sobrepasan lo propiamente introductorio como son el aprendizaje categorial y la conducta verbal, recomendamos mucho estos libros.
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Si hablamos de manuales con un enfoque más didáctico-académico, sin duda recomendamos estas tres joyas.
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Es mucho más realista, saludable, práctico y útil, aprender a querernos a pesar de no gustarnos o sentirnos satisfeches con nosotres mismes del todo. Esto último no se reduce a la apariencia, sino que es extrapolable a la totalidad de la persona en su conjunto.
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Al final tener que gustarnos a toda costa (más aún si se tiene una apariencia no normativa que está siendo castigada socialmente), nos lleva a un estado de frustración y de culpabilidad más o menos permanente.
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Sentirse satisfeche con nuestra apariencia, no tiene por qué ser perjudicial, siempre y cuando no sea esa, LA prioridad. Lo problemático viene cuando no sentirnos satisfeches con nuestra apariencia interfiere y limita nuestro día a día.
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EMPECEMOS A VALORARNOS Y A QUERERNOS SIN NECESIDAD DE ESTAR ENAMORADES DE NUESTRA APARIENCIA. NO REGALEMOS AL MERCADO la necesidad de que nuestra imagen tenga que ser explotada a costa de nuestra satisfacción* y, la mayoría de veces, también a costa de nuestra salud.
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Cuando empecemos a ser más semejantes al canon de belleza imperante, entonces el mercado nos venderá e impondrá el siguiente. Por eso, ahora que YA SABEMOS QUE TODOS LOS CUERPOS SON VÁLIDOS, demos el paso siguiente:
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Pues podría ocurrir. Los cánones de belleza dependen de lo que el mercado nos quiere vender como una moda. QUERER SENTIRSE SATISFECHO CON LA APARIENCIA es LA CONDICIÓN primordial que el MERCADO NECESITA PARA CAPITALIZAR NUESTRO CUERPOS.
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que aquellas personas que presentan dificultades para ser honestos puedan sentir que NO están en un espacio de seguridad en el que, precisamente, se debiera facilitar la confianza para que aparezca la conducta «decir la verdad».
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Si como psicólogues adoptamos un discurso unilateral y de repulsa hacia la mentira sin contextualizar la misma detalladamente (mentir está mal, robar está mal, ser infiel está mal, etc.), entonces quizás estamos haciendo mucho más probable
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Es muy probable, además, que ese no poder mostrarse a nivel social como une es* esté generando en la persona más sufrimiento y conductas evitativas para paliar el mismo que quizás estén manteniendo en buena medida, al menos, parte del problema*.
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Es muy probable que las personas que viven con sufrimiento quieran ocultar el mismo porque, como decíamos, la sociedad castiga sistemáticamente lo no normativo; y, en cuanto a estado anímico se refiere, lo guay*, la moda*, lo esperable*, es mostrarse feliz*, fuerte*, capaz*, etc.
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Todas las personas mentimos. A veces es deseable*/apropiado* mentir e incluso es una estrategia que se enseña a aquellas personas que presentan dificultades con el objetivo de tener una mejor adaptación a su medio.
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bajo un sistema que pareciera pretender la estandarización del individuo para convertirnos en clones mediados por el capital o, de lo contrario, ser resignados al estigma y al rechazo.
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Vivimos en un mundo hipernormativo en el cual se nos enseña a cuadrar, a tener que asemejarnos al canon en todos los sentidos posibles (estéticos, educacionales, ideológicos, morales, materiales…)
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Que la medicina (o la psiq.) no es "la" disciplina que explica la conducta. Que el reduccionismo explicativo cerebrocéntrico es necesariamente erróneo. Que asumir esto es un prerrequisito epistémico fundamental para la conceptualización verdaderamente científica de la conducta.
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Que decir esto no es en modo alguno negar el papel vital de los neurotransmisores, de los genes, etc., en el desarrollo y mantenimiento de la conducta. Que en lo que se insiste es en la necesidad de entender la complejidad emergente del fenómeno conductual.
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Las explicaciones reduccionistas son cantos de sirena. Dan una falsa sensación de seriedad y rigor porque usan términos biomédicos, pero en realidad son todo lo contrario, pseudoexplicaciones fáciles y cómodas. Y sólo "funcionan" por pura falacia de autoridad.
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A quien le interese conocer más que investigue sobre ELISABETH LOFTUS.
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No existe evidencia científica de que existan los famosos "RECUERDOS REPRIMIDOS", sin embargo, sí se ha sido evidenciado a nivel experimental que es relativamente sencillo crear falsos recuerdos. Además, lo evidenció una mujer.
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Ahora bien, las emociones, todas, son necesarias, nos avisan de algo y nos movilizan. Lo malo es cuando rebasan cierto umbral y nos llevan a la parálisis o nos llevan a actuar de formas impulsivas, a hacer cosas de las que luego nos arrepentimos.
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Decir que poder/saber autorregular las emociones es algo positivo*/saludable no es en absoluto lo mismo que decir que enfadarse, entristecerse o alterarse es malo. No estamos señalando el valor moral de la emoción, sino la interferencia que su desregulación supone a la persona.