Practicar la evocación es más costoso y frustrante que repetir la codificación, pero lo cierto es que cuanto más costoso es el esfuerzo que realizamos para tratar de recordar lo aprendido, más fuerte es el impacto de esta práctica sobre nuestro aprendizaje a largo plazo (Björk 1994).
En cambio, los métodos basados en releer o copiar nos engañan porque, a corto plazo, nos dejan una gratificante sensación de haber aprendido (Karpicke, 2012). Sin embargo, el problema es precisamente ese: se trata de un aprendizaje de muy corta duración.
Cabe decir que las estrategias de "reestudio" son bastante efectivas en el corto plazo. Por lo que aplicarlas el día antes del examen puede resultar suficiente para superar la prueba. Pero casi todo lo "aprendido" se olvidará inmediatamente después.
A quien esto le parezca suficiente que recuerde una cosa: si los conocimientos no perduran, se pierde la ventaja de construir sobre ellos en el futuro. Para aprender necesitamos apoyarnos en lo que ya sabemos, por lo que cuanto más sepamos más fácil nos será aprender la próxima vez.
Así que las estrategias que nos llevan a un "borrón y cuenta nueva" pueden ser baratas en el corto plazo, pero salen muy caras a largo plazo. De hecho, para muchos estudiantes no son suficientes como para tener éxito.
Por último, cabe recordar que todas las estrategias de aprendizaje tienen un efecto: hagamos lo que hagamos, mientras nos pongamos a ello, aprenderemos. La cuestión es que hay estrategias más efectivas que otras, que nos ayudan más y promueven aprendizajes más duraderos y transferibles.
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